Galería

viernes, 1 de octubre de 2010

¿Cómo acabar con los reproches?


Me es difícil , lo siento si este blog es simplemente para mostrar quejas o pura desesperación. Mi pequeño hijo de 4 años simplemente a veces me saca de mis casillas.
Está noche se levantó dos veces queriendo hacer pipi está en el tránsito de saber ir al baño cuando le anda en la noche, si es verdad, se paro una primera vez con éxito, la segunda vez fue para decirme que no podía dormir porque estaba ya mojado. Eso fue una hora antes de que lo levantará otra vez para ir a la escuela.
Una vez que lo levante, quise no ducharlo puesto que es un día frío, decidí que tal vez lo bañaría cuando regresará a medio día de la escuela. En cualquier forma estaba un poco indispuesto, y me pedía y me pedía quedarse más tiempo en cama. Lo traje a la cocina a desayunar y pensé que sería agradable para él tomar Leche con chocolate y unas galletas, pronta le ofrecí eso mientras iba por su ropa limpia, se lo dí pero no bebía nada.
Lo cambie de ropa e insistí, me senté a su lado y tomé mi desayuno. Nada, él simplemente no quería desayunar. Llegue a decirle que sino lo hacía se le haría un hoyo en la panza con mucha probabilidad que desayunará ahora que también en la escuela nadie le daría nada.
Pero nada ,otra vez, en cambio recibía gritos de Noooo, estoy molesto.

(Caray escrito suena menos grave de lo que realmente es en realidad un niño gritoneando y chilloneando a las 7h30 am ).

Al final no quería nada, apenas y bajo mi insistencia tomo un 1/4 de su taza de chocolate y nada de galletas, me levante diciéndole que debía ahora ponerse los zapatos, por supuesto que primero se lo pedí, aunque ya lo sabe.
Me puse los míos y empezó a moverse, en eso se levanto EL y le dijo que gracias a sus gritos se había levantado. Caray yo también le mencione a mi hijo que si no se ponía pronto los zapatos lo llevaría a la escuela sin ellos. Medio se los puso sin abrocharlos y salimos pronto, antes de todo mi hijo sólo le dijo a
EL : Estoy molesto.
Salimos y le pedí a mi hijo apretar el botón del elevador, no quería, simplemente todo es No quiero, estoy molesto, NOOO.
En el ascensor los abroche, íbamos bien, hasta que se dio cuenta que olvido su pequeña ardilla, caray ya no podía regresarme por ella, ya era muy tarde. Por esperarle a que desayunará y gastar la energía en pedirle que lo hiciera , ya era muy tarde como para regresar por la ardilla.
Ya estaba muy molesta por toda está situación.
Me parece a veces muy injusto estar recordandole todos los días A MI HIJO todo, desayunar, ponerse zapatos, incluso su pequeño muñequito. Cuando todos los días llevamos casi la misma rutina ¿es un pretexto de buscar mi atención?

Camino a la escuela, lo que parece ser "la rutina" para mi hijo. Camina siempre un poco atrás y soy yo quien lo tiene que estar "jalando" para que avance. ¡¡¡Ya íbamos tarde!!! Me pedía...Mamá dejame caminar...por supuesto le conteste... pero tenemos que ir pronto porque sino no llegamos a la escuela. ¡Claro! a Léo eso ni le va ni le viene, mejor sino llega a la escuela.
En verdad no se como calmarme algunas veces, simplemente respiro y pienso en todas esas veces en que he perdido la paciencia. Y aunque suene vergonzoso, es verdad, le amenace, hijo...le dije...vamos ya tarde a la escuela...no desayunaste bien...y todo hay que recordarte...¿no querrás que me enoje tan fuerte como aquella vez ? Solo vi su carita y en ese momento comenzaron a fluir las cosas de manera más positiva con él.
¿Por qué hay que hacer esto?
¿Qué necesidad existe de presionar, decir amenazas para conseguir algo tan sencillo?
Al llegar a su salón de clases, me despedí lo mejor que pude de mi hijo. Le dije que iría por él a la hora de la comida y que debía portarse bonito. Un beso grande le dí y me correspondió. Sin embargo no lo vi atento de que me fuera... bueno es normal, para él ser así y llegar a la escuela ya es una rutina.
¿Cómo rompo con está costumbre que esta tomando?
¿Debo ser más amable?
¿Menos amenazadora... más atenta?
No tengo la respuesta correcta... sin embargo y a mi regreso sola rumbo a casa , pensé algunas acciones a llevar a cabo.
  1. Llegar a casa y escribir una rutina, sí una en la que no me salte pasos yo misma para que mi hijo tenga la seguridad de que siempre será de esa forma como va suceder. Creo que muchas veces por mi pereza o mi manera de ser ya adulta no tomo en consideración esos pequeños pasos que lo hacen sentir a mi hijo un poco perdido y se da el permiso de ser insolente.
  2. Dedicarle un tiempo a mi hijo, no es que no se lo dedique, pero para algo más específico , para que aprenda cosas útiles. La amabilidad, los sentimientos, a abrocharse los zapatos por ejemplo, los botones de las camisas.
  3. Escribir la rutina y pegarla en su cuarto, para que note que es lo siguiente a hacer.
Y una pequeña cosa más, es seguir leyendo, la manera en la que me comunico con mi pequeño es de suma importancia. Tanto por como se dirige él conmigo y hacia los demás. Creo que las malas palabras y actitudes que él tiene son aprendidas no sólo de mi, sino de todos los lugares.
Mi granito de arena y mi esperanza única es mostrarle que a pesar de mis malos ratos, enojos, depresiones, gritos y tristezas, existe la amabilidad y la manera de comunicarse con los demás.

¿Cómo haré para que mi hijo pueda distinguir los momentos?

En realidad no lo sé, los libros me brindan una información a veces certera y que a veces funciona con mi hijo. Si puedo iré anotando cuando sí funciona y cuando no lo hace, y muchas veces deja de funcionar porque sin querer yo dejo de hacer un paso o mi manera de reaccionares sumamente visceral...incluso para pedir cosas tan sencillas como ponerse los zapatos antes de salir de casa.

Consultando uno de mis tantos libros, hay una sección que dice...

El niño que sólo quiere hacer su voluntad....

MEDIDAS PREVENTIVAS

Ofrecer al niño opciones de actividades

Fijar las condiciones por las que su hijo podrá hacer lo que él quiera y proponerle actividades a hacer mientras tanto. Ejemplo: "Cuando hayas jugado 5 minutos con tus juguetes nos iremos a ver a tu abuelita".

A HACER

Premiar la paciencia

Recompensar hasta el más pequeño signo de paciencia por parte de su hijo, y felicitarlo cuando muestra paciencia al hacer alguna tarea. Por ejemplo: Definir la palabra "paciencia" si para él no es una palabra muy familiar: "Tu eres muy paciente cuando esperas que enjuague tu vaso antes de tener tu jugo de fruta, esto me muestra que eres un gran chico". Usted enseña a su hijo que el es capaz de retardar la satisfacción de sus deseos incluso si aún no lo sabe, y por otro lado estimula su amor propio.

Permenezca tan tranquilo como sea posible

Si su hijo se niega a esperar o protesta porque el quiere hacer su voluntad, recuérdele que el debe aprender una lección de la vida: el arte de ser paciente. Viéndole ser paciente, él aprenderá rápido que al pedir algo , esto no será atendido tan rápidamente como él cree.

Haga creer a su hijo que él participa en la realización de sus deseos- Aplique la regla de las abuelitas.

Si su hijo grita: ¡Quiero ir! ¡Quiero ir! con su abuela, por ejemplo, repitale las condiciones establecidas antes de acceder a su deseo. Así aumentara las probabilidades de que el haga lo que usted espera de él. Enuncie bajo esas condiciones y de manera positiva "Cuando hayas acomodado tus libros en su lugar, nosotros iremos a ver a la abuela"

Evite decir NO simplemente a los deseos de su hijo

Explíquele como y enséñele que hacer todo lo que el quiere (si es posible sin correr riesgo), con el fin de no darle la impresión de que no podrá jamás satisfacer sus deseos: "Cuando tengas limpias las manos, tu podrás comer tu manzana". Ciertamente habrá momentos en que se deberá decir que NO.

A EVITAR

No exija de su hijo que obedezca inmediatamente

Exigiendo a su hijo que cumpla la orden inmediatamente, usted refuerza la idea de que el puede imponer su voluntad acto seguido tal como usted desea imponer la suya propia.

No de recompensa a la impaciencia

No ceda a los deseos de su hijo cada vez que él quiera algo. Aunque usted este tentado debido a sus ocupaciones más tarde pagará las consecuencias de haber evitado esa batalla, ceder a las exigencias de su hijo le enseña solamente a no ser paciente y refuerza las oportunidades en el niño de imponer su propia voluntad.

Haga comprender a su hijo que no es porque él lo ha exigido que su deseo está cumplido

Aunque el niño rechine todo el tiempo el debe esperar, hagale comprender claramente que es porque usted esta listo y que usted ha terminado sus trabajos que usted va al auto, y no porque el ha chilloneado todo el tiempo que van al auto: "He terminado de lavar los trastes ahora podemos ir".







Ver más...